Ruinas del cuartel militar J-4 y sus baterías de costa en Cabo Silleiro


En Baiona, concretamente en Cabo Silleiro, se encuentran los restos de lo que fueron unas instalaciones militares donde cientos de jóvenes cumplieron el servicio militar y muchas son las personas que hoy en día visitan la zona y desconocen los secretos que se esconden bajo sus pies.

Hemos visto multitud de veces desde la carretera como avistan los vigilantes cañones y alguna garita, pero nos hemos decidido a conocer la zona en profundidad antes de que se deteriore más todavía. La verdad es que da pena ver como su destrucción avanza sin que nadie ponga remedio a ello, desde que abandonaran su uso como militar en 1998.


Subiendo por la carretera del Faro, antes de llegar al cuartel propiamente dicho, vemos una garita a nuestra izquierda, que era la torre de telemetría, y hasta allí bajamos para ver la primera pieza de artillería en su parte delantera


Desde ahí tenemos una amplia panorámica de todas las dependencias que formaban parte del complejo así como unas vistas fantásticas hacia el mar dándonos una idea de toda la línea de costa que controlaban.


Tras una curva cerrada, dejando la carretera que nos lleva a Baredo, se pueden vislumbrar entre la vegetación restos de dos edificaciones que al estar fuera del perímetro, suponemos que serían dependencias para familiares o visitas civiles al cuartel.


Y seguidamente los restos de lo que fue la casa del capellán y la del capitán.


a unos metros tenemos el gran arco de entrada al que ya le falta el escudo de piedra que lo coronaba


A la derecha del arco se sitúa un promontorio rocoso que aparte de buenas vistas hacia el Océano y Baiona, es donde estaba situada una ametralladora antiaérea de la que podemos ver su base y dos cajas de cemento para guardar su munición.


Ya en la plaza, varios edificios totalmente vandalizados, donde estaba la cantina, comedor, hogar del soldado, cocina, habitaciones de oficiales, e incluso una pista de deportes.
En nuestra visita del año 2013 todavía se podían ver restos de los cuidados jardines y fuentes ornamentales que los soldados se encargaban de mantener, ahora poco queda ya.

La base fue construida tras la Guerra Civil española en la primera década de los años 40 como batería costera para proteger a España de un posible ataque marítimo.

Al fondo de la plaza principal podemos ver los grandes arcos de acceso a los túneles que comunicaban con las piezas de artillería Vickers, que son los cañones que podemos ver esparcidos por la montaña.

Por un pequeño hueco accedemos a su interior con nuestras linternas, eso sí con mucho cuidado.


Excavado sobre granito, un túnel con un eje principal y varias ramificaciones conectan cada uno de los cañones a lo largo de la ladera. Son un total de unos 200 metros de galerías construidos por prisioneros y vecinos de la zona, que se conservan en  buen estado estructural, aunque vandalizadas paredes, cableados e incluso escaleras de acceso.


Largos pasillos con galerías que se entrecruzan, escaleras, viejos raíles por donde se llevaba el cargamento y munición en vagonetas, pequeñas estancias. A pesar de pintadas, restos de botellas y actos vandálicos, todavía podemos ver restos de la instalación eléctrica, de puertas blindadas y algún que otro hueco que podría servir como armario.
Por supuesto decir, que no es aconsejable acceder solo, aunque nosotros no hemos encontrado nada raro, al parecer estos pasadizos son refugio para alguna que otra práctica satánica según algún artículos aparecidos en prensa local; además en el año 2004 se encontró el cadáver de una mujer. Ojo, porque en el suelo hay algún que otro hueco sin protección que podrían pertenecer a algún tipo de canalización de aguas.
Descendiendo por uno de los túneles y siguiendo los raíles del suelo, accedemos a más piezas de artillería que todavía se conservan.
Todo parece un gran laberinto de interminables pasadizos sin fin.



Como cuartel comenzó a funcionar en 1980 y deja de funcionar en la última década del siglo XX, manteniéndose un retén de 3 hombres como vigilancia hasta 1998 que es abandonado definitivamente.

Vuela sobre él un proyecto del arquitecto gallego Pedro González para recuperar la vieja batería militar J4 y convertirla en un complejo hotelero, pero nada nuevo hasta la fecha hemos podido encontrar, solo eso, proyectos.
En el año 2002, año del desastre del petrolero "Prestige", estas instalaciones sirvieron de punto de observación para el avance y control del chapapote.

Otras dependencias las podemos encontrar un poco más alejadas, en la parte alta de Faro, se trata del Puesto de Mando o Búnker de observación que dominaban toda la costa dirección Oia y A Guarda, sector que quedaba ciego desde el cuartel.


Varias han sido las veces que hemos intentado acceder hasta este puesto sin éxito, pero al fin a finales del año 2019, tras varios incendios en la zona que rebajaron la vegetación, descubrimos un buen acceso hasta este punto.

 
Al tener un acceso mas complicado se pueden intuir sus estancias un poco mejor puesto que está menos vandalizado. Son varias estancias en dos pisos que dan a un patio interior con baños, cocinas, comedor, habitaciones...



en su parte alta se encuentra la salida al mirador y puesto de vigilancia desde el cual nos olvidamos de lo que hemos pasado para llegar hasta allí peleándonos con algún que otro tojo... disfrutando de las vistas privilegiadas hacia el océano sin fin y al Faro


*** NOTA: En nuestra última visita en Diciembre de 2019, el acceso a las principales instalaciones se encontraba vallado y tapiadas todas sus entradas con letreros que indicaban que la zona es propiedad del Ministerio de Defensa. 

Localización:



2 comentarios:

  1. Conozco todo su interior y alrededores,en 1981 acabé mi servicio militar en cabo Silleiro

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    1. La de rincones escondidos que sabrás tu entonces del lugar. Espero que sean gratos recuerdos.
      Un saludo y gracias por comentar

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