El Parque de Castrelos ó Finca de la Marquesa, como también es conocido en Vigo, se sitúa en pleno casco urbano y es un verdadero pulmón en el que nos perdemos en numerosas ocasiones vecinos y visitantes de la ciudad. Todo su entorno ocupa una superficie de más de 200.000 metros cuadrados, pero este gran parque está dividido en varias zonas.
En la parte baja vemos a su paso el río Lagares, parque infantil y un gran estanque con fuentes de chorros de colores. Según vamos ascendiendo entre los senderos y caminos habilitados nos encontramos con unos cuidados jardines y grandes árboles entre los que está el auditorio al aire libre, famoso por albergar los mejores conciertos de grupos musicales durante las fiestas de verano de Vigo.
Al lado del parque infantil hay un circuito señalizado de running que siempre está repleto de gente haciendo deporte, además de un parque bio saludable.
En la parte alta y separado por un gran muro de piedra, está el plato fuerte, el Pazo de Castrelos y sus jardines históricos que alberga el Museo Quiñones de León.
Esta parte no está siempre abierta, tiene horario según la época del año que figura en un cartel en la puerta de entrada.
JARDÍN HISTÓRICO DEL PAZO
Es la parte de la finca más bonita, al menos para mí, está dividido en cinco sectores diferenciados siguiendo una ruta botánica:
- Jardín de acceso
- Jardín de acceso
- Rosaleda
- Jardín francés
- Jardín inglés
- Bosquete
- Jardín inglés
- Bosquete
Para entender un poco donde nos encontramos os diré que este lugar se remonta a una construcción levantada en 1670 llamado Torre de Lavandeira.
Los muros almenados y parte de la estructura defensiva que se ve en la entrada es porque sirvió como defensa en la guerra que Castilla declara a Portugal, siendo abandonada la torre con la retirada del ejército portugués sobre el año 1666.
Después perteneció a varias familias como Gago de Mendoza, Oca Sarmiento y Montenegro, Tavarés Ozores y Soutomayor hasta que a finales del siglo XIX toda la finca y el pazo son heredados por María de los Milagros Elduayen, VIII Marquesa de Valladares, y su esposo Fernando Quiñones de León, Marqués de Alcedo, quienes reformaron y ampliaron el edificio tal como ha llegado hasta nuestros días.
Cualquier rincón que escojáis es una verdadera belleza con multitud de camelias, rosales y los laberintos de buxos (boj)
Hacia el final de la finca está el paseo de los magnolios que en época de floración es un verdadero espectáculo
Además de diversas esculturas modernas encontraremos un palomar construido sobre una roca
y como curiosidad, a lado está la que se cree que fue la primera pista de tenis de Galicia, mandada construir por la Marquesa para una de sus nueras que era inglesa, Mariana de Wythe.
Cuando la Marquesa falleció a temprana edad, el pazo pasó a manos de su hijo Fernando, IX Marqués de Valladares, casado con Mariana de Wythe, que al fallecer éste en 1918 sin tener hijos, deja en herencia el pazo y todas las propiedades a su padre y como usufructuaria vitalicia a su esposa.
Todavía se pueden apreciar las gradas y hasta hace no mucho tiempo los hierros que sujetaban la red central.
Seguimos recorriendo la finca y nos topamos con una de las fuentes que forma parte de la historia de la ciudad y que estaba en la Puerta del Sol, ahora está sobre uno de los estanques del parque, cerca del bosque de bambú, es la Fuente de Neptuno
Al final de este mismo nivel hay una zona de plantas aromáticas que se encuentra un poco abandonada.
Desde aquí accedemos al "bosquete" que quizá es la parte menos accesible y conocida por estar menos acondicionada. Es donde veremos una fuente de manantial con una vieja estructura de piedra que debía hacer las funciones de presa o estanque con una canalización que llevaba agua al resto de la finca.
Al nivel inferior accedemos desde el palomar, que bajo una pérgola recorre un sendero con bancos hacia el edificio principal.
Y será el último Marqués de Alcedo el que done el pazo y toda la propiedad al pueblo de Vigo en 1924 con la condición de que el edificio se transformase en un museo y sus jardines en parque público.
Bancos entre las camelias centenarias, entre los setos de mirto, sus fuentes, estanques, la capilla de 1853 y hasta un cruceiro en un rincón muy entrañable con una mesa y bancos alrededor.
MUSEO E INTERIOR DEL PAZO
El pazo alberga el Museo Quiñones de León en el que en la planta baja estaba dedicada a las habitaciones de servicio, cocina y almacenes.A la planta superior se accede por una gran escalera doble de madera realizada en las modificaciones del edificio en el siglo XX. Es donde estaban situados los salones y los cuartos o habitaciones.
Todo el mobiliario y ajuar que veremos no se corresponde con el original del pazo, ya que éste no formaba parte de la donación realizada por la familia al pueblo de Vigo, y es fruto de compras posteriores.
Pero a pesar de ello, el aire señorial que se respira nos transporta perfectamente a la época de los marqueses.
El conjunto de Pazo, Museo y jardines está declarado como Bien de Interés Cultural - BIC desde 1955.
Cómo llegar:
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