Pazo de Lourizán



El Pazo de Lourizán es otro de las grandes joyas desconocidas de la provincia de Pontevedra.
Situado en la parroquia de Lourizán, entre las poblaciones de Pontevedra y Marín.
Su historia se remonta hasta el siglo XV, que era una granja. La Granja de Lourizán.

En el s. XIX la finca fue adquirida por el político y presidente del gobierno Montero Ríos que la convirtió en su residencia de verano e importante punto de reunión de personajes públicos de la época. Por ese motivo también es conocido el lugar entre los vecinos como La Granja de Montero Ríos.
Aquí se negoció el Tratado de París, por el cual se cedieron las Islas de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam.
Fue Montero Ríos el que mandó construir también la iglesia de Placeres donde serían enterrados él y su mujer, y el edificio del actual colegio del Sagrado Corazón que fue el Gran Hotel de Baños de Placeres.





Desde principios de los años 40 la finca es propiedad de la Diputación de Pontevedra y en ella se situa el Centro de Investigación Forestal de Lourizán.







El edificio es de estilo modernista diseñado por el arquitecto Genaro de  la Fuente. Destaca la gran escalera de piedra en la fachada principal, grandes ventanales, estatuas clásicas de marmol blanco.
En una de las vidrieras de la puerta principal aún se pueden ver las iniciales de sus antiguos propietarios "Eugenio y Avelina"



Tanto el edificio como su entorno está en un estado lamentable de abandono, perdiendo belleza día a día sin que nadie lo remedie.

Destacar también su horreo, palomar y su invernadero modernista.












Aparte del edificio central y los adyacentes ya comentados cabe destacar sus enormes jardines que nos hacen suponer la gran importancia del lugar.
Recorremos sus caminos entre carballos, centenarios castiñeiros, bidueiros, cipreses, cedros, magnolias, camelias...

Sus fuentes, entre la que cabe destacar la que se encuentra en la Gruta de los Espejos. Esta particularmente me parece la más curiosa ya que está en una gruta artificial y con espejos de colores en paredes y techos que tiñen de color la estancia.

Me ha impresionado también la magestuosa mesa de piedra que se encuentra en el jardín, que es de una sóla pieza y se dice que fue realizada con una piedra que se trajo de la Isla de Tambo.

En su parte alta, corre un pequeño riachuelo que en épocas de lluvia hace que el lugar sea digno de ver, con todo su entorno construído con piedras y una pequeña cascada que cae en un estanque.
En fín, reservaros toda una tarde al menos para poder recorrer todo el conjunto y no perderos nada, porque en verdad os va a sorprender.

Os dejo indicadiones de su ubicación:




4 comentarios:

  1. Hay que ir, claro que sí! Yo no lo conozco aún!

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    1. Merece la pena en cualquier época del año, sus jardines son preciosos. Saludos

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  2. Me gustó muchísimo.El entorno es mágico.Los jardines y la vegetación que lo rodea es impresionante,magestuosa.La pena es el edificio que está muy deteriorado y el abandono es muy evidente.Pero aún así vale la pena conocerlo.

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    1. Una pena la verdad ver como se deteriora día a día el edificio, con la cantidad de historia que tiene!

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