Conociendo Salvaterra de Miño (Pontevedra)


Salvaterra do Miño está situada en una zona privilegiada a orillas del río Miño, haciendo frontera con el país vecino Portugal, con una gran historia y zonas de recreo y esparcimiento que hacen que su visita sea muy agradable y nos deje siempre con ganas de volver.
Destaca nada más entrar en la ciudad su imponente Fortaleza con sus robustas murallas del siglo XVII, desde la cual tenemos unas excelentes vistas al río y a la ciudad.


Merecen una visita la Iglesia de San Lorenzo con su fachada renacentista, la capilla da Oliveira con un aire portugués y la puerta de acceso la fortaleza.
Pero sin duda su edificio insigne es el Castillo de Doña Urraca, que consta de dos plantas con bóvedas comunicadas por una escalera de caracol en torno al cual giran multitud de leyendas.


Este conjunto histórico conforma la antigua Fortaleza de Salvaterra, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 1949 y considerada una de las más importantes del Sur de Galicia.
En su interior hay un pozo que según cuenta la tradición popular, tiene un pasadizo secreto que llega hasta Monçao y fue testimonio de amoríos y pasiones entre habitantes de las dos riberas del río.


Sus orígenes se remontan a los siglos X y XI construida con el fin de proteger a los habitantes de la ciudad de los numerosos ataques portugueses. Tras la Guerra de la Restauración portuguesa, se comienzan a levantar una serie de construcciones defensivas en toda la zona, se moderniza la muralla, se colocan baluartes para eliminar los puntos ciegos de la muralla y fue escenario de muchos enfrentamientos entre Portugal y el Reino de Castilla.
Desde aquí Doña Urraca dirigió en 1121, apoyada por Diego Gelmirez, el ataque contra su hermana Teresa de León para que no se proclamase reina de Portugal.
En 1479 Pedro Madruga se defendió aquí del ejército enviado en su contra por el arzobispo Alonso II de Fonseca.
Entre 1642 y 1659 durante la Guerra de Restauración portuguesa el castillo perteneció a Portugal, cuando  García Sarmiento de Sotomayor (conde de Salvatierra) dejó como alcalde del castillo al portugués Gregorio Lopes de Poxa, quien le traicionó entregando el mando a João Rodrigo de Vasconcelos e Sousa, conde de Castelo Melhor, quien tomó posesión al cruzar el río Miño un 15 de agosto de 1643.


Una vez terminada la visita al castillo decidimos seguir la Ruta Verde, que recorre el Parque de A Canuda, el Paseo Fluvial y la Isla de Fillaboa. 

Primero pasamos por el Parque de A Canuda, que es uno de los pulmones más importantes de la ciudad, con amplias zonas verdes a la orilla del río, parques infantiles, un minizoo, huerta ecológica y un estanque con barquitas que se pueden alquilar para dar una vuelta... en fin que se han pasado las horas y no nos hemos dado ni cuenta!! pero aún nos queda una pequeña ruta que hacer tras el descanso, que es ir por el paseo fluvial hasta la desembocadura del río Tea en el padre Miño, junto a la isla da Fillaboa.



La Isla se sitúa en un delta que forma el río Miño con el río Tea y hay un proyecto por parte del Concello de unirla mediante una pasarela y recuperar una vieja edificación de dos plantas existente para crear un aula de la naturaleza basada en la flora y fauna autóctona.

Siguiendo siempre las indicaciones del sendero, ascendemos ahora por el río Tea observando varias curiosas construcciones en el río para la pesca de la lamprea que os expliqué en esta entrada del blog Estacadas sobre el río Tea  y llegamos al puente medieval da Fillaboa, reconstruido en el s. XV sobre un antiguo puente romano, con 3 arcos y por el que transcurría el antiguo Camino Real a Tui.


Justo al lado del puente hay una pequeña playita en la que aprovechamos para refrescarnos y descansar antes de regresar de nuevo sobre nuestros pasos hasta nuestro punto de partida.

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