Vamos a visitar Simancas


Aprovechando nuestra estancia en Valladolid visitando a la familia, nos vamos a pasar un día a Simancas que a pesar de pasar la autovía por la localidad, siempre la hemos visto de paso. Esta vez la vamos a conocer a fondo.
Estamos ante la antigua ciudad romana de Septimancas que además está declarada Conjunto
Histórico-Artístico en 1979. A orillas del río Pisuerga nos deja estampas para recordar con el puente medieval con 17 arcos que data del siglo XII aunque sobre bases romanas, como fiel testigo de la calzada romana Vía XXIV que pasaba por la localidad uniendo las ciudades de Mérida con Zaragoza.
Aquí en la Ribera del río tenemos un mirador perfecto al casco urbano a un lado y a la Cordillera Central al otro.


Llamada Setenica por los vacceos, Septimaca por los romanos y Sepmanicas por los musulmanes, varias épocas con una marcada historia como la ocupación por el ejército de Alfonso I en el año 753, la reconquista del año 888 por Alfonso III, la Batalla de Simancas en el año 939 cuando las tropas cristianas de Ramiro II derrotaron a los musulmanes de Abd-al-Rahman III o ya en el año 1812 con la nueva Batalla de Simancas entre las tropas aliadas de Wellington (españoles, ingleses y portugueses) contra las tropas de Napoleón, que se batían en retirada tras la batalla de los Arapiles.


Damos una vuelta por sus calles estrechas para ver varios edificios nobles con características sillerías de ladrillo de la zona hasta llegar a lo más destacable del municipio:
el Castillo donde se aloja el Archivo Histórico-Nacional

foto de Javier Prieto Gallego
Es del siglo XV mandado construir por el Almirante de Castilla D. Alonso Enríquez sobre una vieja fortaleza árabe y remodelado en el XVI de la mano de los arquitectos Juan Herrera y Francisco de Mora dándole un aspecto más palaciego. Es en este siglo cuando Felipe II lo convierte en Archivo Real, ahora conocido como Archivo General de Simancas, uno de los archivos más importantes de Europa con 35 millones de documentos.
​Tuvo más reformas posteriores en los siglos XVII y XVIII.





Recomendamos lo que hemos hecho nosotros, en primer lugar ir a la Oficina de Turismo que se encuentra al lado del Castillo y ya nos indican todo el recorrido para no perdernos nada.
Ahora nos toca visitar el Castillo.

Nos cuenta la guía que aquí estuvo preso y fue ejecutado el obispo de Zamora, Antonio de Acuña, capitán comunero de Castilla y parte activa en la batalla de Villalar, en el año 1521 en la ahora llamada Torre del Obispo. Al menos a este hombre se le dio la oportunidad de arrepentirse encerrándolo primero, cosa que no ocurrió con otros tres comuneros Padilla, Bravo y Maldonado, que serían ejecutados sin más. ​

La parte externa del castillo, muros, almenas, foso y los dos puentes son de finales del siglo XV.
La capilla que vemos ahora fue reformada primero en el siglo XV y más tarde en 1950. Tiene una bonita bóveda en forma de estrella donde están representadas las armas de sus fundadores: D. Alonso Enríquez y Doña Mª de Velasco.


Grandes escalinatas en piedra, todo super cuidado, nos llevan hasta la biblioteca con inmensas estanterías de madera oscura que brillan por todos lados, rodean toda la estancia.
No se puede acceder como es normal, al Archivo General, pero nos dicen que es una de las estancias mas valiosas ya que cuenta con una cámara incombustible donde están la mayoría de los documentos.

Bajamos por una de sus estrechas calles hasta encontrarnos con la Iglesia del Salvador que es de estilo gótico aunque con influencia renacentista. Fue mandada construir en el siglo XVI sobre otro edificio anterior del que se conserva la torre del siglo XII de estilo románico.
En su interior podemos destacar los varios retablos y piezas de orfebrería entre los que se encuentra el del altar mayor de estilo plateresco.

La siguiente recomendación que nos dieron fue ver la fachada del ayuntamiento del siglo XVIII  y la fachada del hospital del XVI estilo renacentista.
Muy cerquita de la Plaza Mayor donde se encuentra el ayuntamiento, hay un mirador que nos ofrece unas bonitas vistas y un parque donde aprovechamos para descansar un ratito.


Un aporte curioso son las fiestas tradicionales de la localidad que os relaciono a continuación por si en vuestra visita os coincide alguna.
Una de las fiestas populares de Simancas se celebra el último fin de semana de mayo se celebra "La Jura de las Doncellas", en la que se escenifica la jura en la escalinata del Archivo y después se invita a los asistentes a una limonada y unas tradicionales peonillas (pastas típicas del pueblo).

El 6 de agosto se conmemora la fiesta del Salvador donde se celebra el tradicional acto de nombramiento de las 7 doncellas en recuerdo de la famosa leyenda de las sietemancas, que cuenta que en el siglo IX en tiempos de Ramiro I,  Abderramán II se hacía regalar cien doncellas cristianas, de las cuales 7 de ellas debían de salir de Simancas. Se trata del Tributo de las Siete doncellas
Estas siete jóvenes quisieron burlar el tributo cortándose una de las manos; se presentaron ante el Señor de Córdoba y dicen que éste dijo: "Si mancas me las dais, mancas no las quiero". La villa decidió entonces recordar para siempre a las heroínas incorporando a su escudo siete manos pintadas.

Otra tradición popular se produce cada 15 de agosto con la petición del ganado para las fiestas de septiembre en honor de la Virgen de Arrabal, patrona de la villa.

Y ya nuestro último destino del día: la desembocadura del río Pisuerga en el Duero.

Cruzamos el puente medieval sobre el río Pisuerga y pasando la urbanización Entrepinos llegamos al lugar conocido como Pesqueruela, a través de un camino de tierra entre campos llegamos hasta el edificio de una central eléctrica que suponemos en desuso por su estado y un pequeño dique para encauzar el agua en forma de pesquera.
Se nos viene a la mente el famoso dicho popular de que "el Pisuerga lleva el agua y el Duero la fama" puesto que el Pisuerga aparece ancho y caudaloso ante un tímido Duero. Lo que si destaca es la diferencia de colores de ambos uno verdoso y otro casi marrón.


Vemos varias personas pescando en los alrededores y ante la tranquilidad que se respira, nos tomamos otro descanso antes de continuar de regreso y poner fin a nuestro día de ruta.


Situación:

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