Por las Fragas del Eume al Monasterio de Caaveiro


Nos acercamos a Las Fragas del Eume que ya son bastante conocidas puesto que fueron declaradas Parque Natural en el año 1997 con una superficie total de 9.125 hectáreas de las que más de tres mil son fraga, más de cuatrocientas agua, y todo ello nos deja uno de los mejores bosques atlánticos de toda Europa.

Aparte de todas las especies de árboles y líquenes que podemos encontrar, en cuanto a su interés histórico-artístico destacan los Monasterios de Caaveiro y de Monfero. Ahora vamos a describir nuestra visita al de Caaveiro y su entorno, el de Monfero lo dejaremos para otra ocasión ya que merece también una mención especial.


Sabemos qué significa "fraga"? pues se trata de bosques primarios (no modificados ni explotados por la mano del hombre), con árboles de diferentes especies como robles y castaños (carballos y castiñeiros) principalmente aunque también hay abedules, alisos, fresnos, alcornoques, laureles, acebos... En Galicia las fragas son abundantes pero solo podemos hablar de formación primaria en las Fragas del Eume.





El acceso a las Fragas se puede realizar a través de cuatro puertas de acceso, nosotros hemos entrado desde Pontedeume  desde donde por una estrecha carretera, siempre a orillas del río Eume, nos va adentrando en el bosque que a cada paso que avanzamos es cada vez más espeso. Notamos como la temperatura ha cambiado, es mucho más agradable ya.
Llegamos al área recreativa donde está el Centro de Interpretación con amplio aparcamiento. En temporada de verano tendremos que dejar el coche aquí y seguir andando o alquilar una bicicleta en una tienda que hay al lado del restaurante.
También hay un servicio gratuito de transporte en microbus hasta el Monasterio, que son unos 7 kilómetros. En el Centro de Interpretación os darán toda la información sobre los horarios.
Nosotros hemos ido a finales de septiembre por lo que pudimos acceder con el coche hasta el final de la ruta, justo al lado del puente de Santa Cristina. Aquí hay un pequeño aparcamiento en tierra, después del asfalto, pero ojo, que si ha llovido puede ser un poco complicado aparcar.

Una vez atravesado el puente comienza una subida de unos 500 metros por una pista empedrada fácil de hacer, entre frondosos árboles que nos impiden ver el cielo, hasta llegar a la cantina o taberna. Será la primera edificación que veremos, totalmente mimetizada con el entorno y además con unos bocadillos riquísimos, recomendables!


Entramos ya en el recinto amurallado del Monasterio donde lo primero que nos sorprende es que se trata de pequeñas estancias rehabilitadas en vez de un gran edificio al que normalmente estamos acostumbrados. Luego veremos porqué.
En la parte baja se sitúan las casas de las antiguas Cortes y la Casa del Horno que es donde están los puntos de información, seguridad y los guías que nos ofrecen visitas guiadas gratuitas cada 45 minutos para no perdernos lo más interesante.


A través de una escalinata de piedra adosada al lateral de la Iglesia de Santa Isabel, que es la parte más antigua del conjunto (siglo XII), accedemos al interior a través de un arco y comenzamos la visita a cada una de las pequeñas estancias con uso propio.
En primer lugar tenemos la Iglesia que sirvió de lugar de enterramiento para los canónigos. Parte de su nave estuvo ocupada desde 1738 por el archivo, cabildo y un cuarto para huéspedes.
En la reconstrucción que hizo D. Pio se respeta el ábside románico del siglo XII y se abre otra puerta hacia el oeste.
En ella estuvieron los restos de D. Pio y de una de sus hijas hasta su traslado al panteón familiar en Pontedeume.


A continuación tenemos el Pabellón de D. Pio que era la antigua sacristía. Era una habitación de servicio hasta donde se canalizaba el agua de la fuente y aún se puede ver a través de una rejilla toda la infraestructura.


Alrededor de un patio central están 3 de las 6 casas que tenían los canónigos donde estaban sus celdas. Dos de ellas fueron restauradas por D. Pío, una como casa de campo familiar y la otra era habitada por el capellán.




Como podéis ver por las fotos,  en todas las estancias podemos ver de forma interpretativa como podría ser la vida en el monasterio con paneles informativos, vitrinas con libros, maquetas... la restauración del Monasterio y su conjunto fue terminada en el año 2011 como nos indica una placa de la Diputación de la Coruña situada en la entrada.




En lo alto de este promontorio  las vistas a la espesa vegetación de las fragas, son impresionantes y se respira paz, a pesar de haber bastante gente de visita en ese momento. Lugar ideal para la meditación, sin duda.
Según nos comenta el guía, en toda la vida del monasterio, nunca hubo más de 8 monjes viviendo en él.



Según los escritos el Monasterio de Caaveiro fue fundado como monasterio benedictino por San Rosendo en el año 936 sobre las bases de otro cenobio anterior, con una capilla dedicada a San Juan.
San Rosendo era un hidalgo perteneciente a la noble Casa de Traba y su historia se entremezcla con las leyendas de estas tierras, como la que nos cuenta que aquí echó su anillo al río prometiendo no abandonar el lugar hasta que apareciese... y apareció en un pescado que le sirvieron para comer.

Aquí se dieron acogida a varios ermitaños bajo las reglas benedictinas de rentabilizar la tierra, el ganado y el río, y como prueba de ello son los molinos que nos encontramos cerca del monasterio.

En el año 1135 fue refundado por los reyes Alfonso VII y doña Berenguela quienes le conceden privilegios a este monasterio sobre varias villas, si bien hasta el año 1154 no encontramos una referencia fiable, en forma de documento papal.
En el siglo XIII pasa a manos de los Canónigos Regulares de San Agustín  que tenían mucho poder en la comarca; así su iglesia pasa a tener la categoría de Real Colegiata con 1 abad y 6 canónigos.
En el siglo XVIII inicia su decaimiento, se ordena el traslado de los frailes a Ferrol, traslado que no se produjo, pero los frailes fueron muriendo de viejos siendo en 1787 cuando falleciese el último. Con la Ley de desamortización de Mendizábal en 1836 los bienes pasan a manos de particulares, siendo uno de ellos D. Pío García Espinosa quien restauró la iglesia en 1896 aunque el resto del conjunto pronto se volvió a encontrar en ruinas.



Como no podía ser de otra manera, al estar el lugar dedicado a San Juan, relacionado con antiguas leyendas y con los cuatro elementos: agua, tierra, fuego, aire, aquí se celebra el 24 de junio de forma especial con una romería.
Otra romería tradicional se celebra también el primer fin de semana de septiembre.

Una vez visitada la parte alta, bajamos de nuevo las escaleras de acceso y en la pequeña plaza situada delante de la Casa del Horno, hay un camino empedrado que baja hacia lo que fueron las fincas de labranza de los monjes y al final un gran puente medieval sobre el río Sesín (afluente del Eume).
Aquí tenemos otro conjunto realmente interesante y que vale la pena visitar con calma.
Al otro lado del puente hay una antigua fuente de la cual mana un agua fría y riquísima que como no podía ser de otra manera, la hemos probado!



El verde musgo se entremezcla con las piedras del viejo puente, que por medio de unas escaleras en uno de sus laterales accedemos a las ruinas de unos molinos. Aquí el pequeño río Sesín nos ofrece una estampa de lo más "enxebre" como decimos en Galicia. Un buen rato estuvimos aquí parados contemplando la más pura esencia de los verdes de nuestra tierra con el único sonido del rugir del agua como protagonista.



El camino continua una vez pasado el puente hacia la carretera de Cabanas - As Pontes de García Rodríguez, tomando el desvío en As Neves que conduce a Gunxel con los molinos del Sesín y luego continúa hacia la antigua central hidroeléctrica de Ventureira.

Sin duda alguna la mejor forma de conocer el Parque es caminando a través de alguno de los senderos existentes; un total de 8 rutas y 60 kilómetros señalizados.
- La ruta de Os Encomendeiros -  pasa por los puentes colgantes de Cal Grande y de Fornelos, Caaveiro y el puente medieval de Santa Cristina. Total 5,5 kilómetros y es lineal.
- Ruta de Os Cerqueiros - de 8,5 kilómetros y circular nos ofrece las mejores panorámicas de As Fragas con el mirador de A Carboeira.
- Ruta de Ventureira - 6 kilómetros y circular
- Ruta de Cumios de Sanguiñedo - 8,5 Km - lineal
- Ruta de Pena Fesa - 10 Km - circular
- Ruta da Pasada Vella - 4,5 Km - circular
- Camiño de Fontardión - 15 kilómetros - lineal
- Camiño dos Corzos - 3 Km y lineal

** Si accedes a las Fragas desde el Concello de A Capela, no puedes dejar de ver la capilla de As Neves que guarda lo que se dice que son las reliquias de San Rosendo; el Museo Etnográfico de A Capela  en una antigua casa rectoral en el lugar de O Pazo y desde donde parten los viejos caminos que llevan a Caaveiro como hacía la vieja central hidroeléctrica.

Os dejo un mapa de las Fragas que nos ha facilitado el guía y que me parece interesante:


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