Antiguo Monasterio de San Salvador de Budiño


Entre el Valle del Louro y la montaña de Faro de Budiño, en el lugar conocido todavía como "Mosteiro", se localiza la iglesia parroquial de San Salvador cuyos orígenes se remontan a un gran monasterio.
De todo el conjunto de construcciones que conformaban el cenobio, hoy en día solamente vemos conservada una parte del templo que aunque sufrió numerosas modificaciones, su planta mantiene el diseño original románico con varias marcas de cantero en sus muros. 

Se observan ventanas neogóticas, una sacristía añadida posteriormente, un reloj de sol y una puerta en el lado sur actualmente tapiada.

En la puerta principal de su fachada barroca se puede leer una inscripción con la fecha de 1752, que sería su reconstrucción general después de reformas en los siglos XVI y XVII. 

Parte de la espadaña y su anterior cubierta de madera fueron destruidas por un rayo caído en 1807, que afectó también al ábside rectangular, pero éste sigue manteniendo sus trazas románicas decorado con canzorros o canecillos y varias ventanas saeteras.

En el centro del muro de fondo del ábside es donde se puede ver una puerta con arco de medio punto que comunicaba con la sacristía que fue cegada a principios del siglo XX cuando se colocó el nuevo retablo de 1915.


Se sabe que esta actual iglesia perteneció a un Monasterio de la Orden de Cluny de cuya existencia se sabe desde 1614, aunque se cree que podría existir ya en 1092 cuando el Obispo de Compostela, el monje Dalmacio, lo fue a visitar.

Desde la Edad Media la parroquia de San Salvador de Budiño pertenece a la diócesis de Tui, arciprestazgo de Entenza, y hasta la definitiva abolición de los señoríos en 1837 formó parte de una jurisdicción con estatuto de couto vecinal, uno de los escasos ejemplos gallegos de esta forma de organización en la que los feligreses tenían facultades para elegir en asamblea determinados cargos públicos como los alcaldes ordinarios o de vecinos.

El Couto de Budiño, herencia del Couto do Mosteiro de San Salvador, consiguió mantener su independencia en el siglo XVI frente a las pretensiones de D. Lorenzo Correa Alemparte, que comprara la parroquia de Salceda de Caselas a Felipe II, y en el siglo XVIII los vecinos iniciaron un pleito con el Cabildo de Tui para salirse de su señorío jurisdiccional. 

Los jueces de San Salvador de Budiño siguieron existiendo, independientes de los de Tui, hasta mediados del siglo XIX.

Se desconoce su fecha de fundación exacta ya que la documentación original del cenobio se perdió,  pero se sabe que su origen fue un monasterio familiar vinculado a la Casa de Celanova  por el documento de donación de 1126 por parte del Conde Gómez Núñez de Toroño a la orden de Cluny.

Este tipo de Monasterios Familiares estaba habitado por los miembros de la familia fundadora incluyendo mujeres, niños y siervos. Eran muy frecuentes entre las familias nobles ya que permitían abstenerse de la jurisdicción diocesana y tenían grandes ventajas fiscales.

En Galicia, esta peculiaridad de los monasterios familiares es una de las manifestaciones de una estructura monacal diferenciada del resto de Europa que llegará a constituir un sistema federativo entre los diversos centros monásticos gallegos y alcanzará con San Fructuoso una perfecta ordenación institucional con una regla común en un área geográfica bien definida, entre los valles del Miño y el Limia y la Tebaida Berciana.

Desde su fundación a comienzos del siglo X, la orden de Cluny se vincula al papado y a la realeza. Su expansión contribuyó a legitimar el poder de los nuevos monarcas y convirtió a los monjes cluniacenses en vehículo de difusión de la reforma gregoriana y sus prácticas litúrgicas, y en impulsores de las peregrinaciones xacobeas y difusores del arte románico. Con su impresionante red de cenobios, unos 2000 a mediados del siglo XII, los abades de Cluni tuvieron un inmenso poder como gobernantes casi absolutos de un auténtico imperio monástico de cuyas filas salieron numerosos papas y legados pontificios en los siglos XI y XII.

La mayoría de los monasterios de la orden eran prioratos con autonomía pero dependientes de la casa central que nombraba a los priores, aunque algunos de ellos conservaron el rango de abadía.

Los monjes de Cluny conocidos como los "monjes negros" por su hábito, no fueron muy bien recibidos en Galicia. Con apoyo de Doña Urraca y Xelmírez se instalaron en monasterios ya existentes y fundaron otros nuevos formando con ellos una red de prioratos que se extendía por toda Galicia excepto por la diócesis de Santiago.

En 1173 formaba parte de los prioratos más importantes gallegos y portugueses junto con el monasterio de Santa María de Ferreira de Pantón o el de Xuvia en Narón.

En la segunda mitad del siglo XII, el favor de la realeza se inclina por la orden del Císter refundada por San Bernardo, sustituyendo a la de Cluny ya que entendían que solo pretendían acumular riqueza, iniciándose así la decadencia de dicha orden.

El conde Gómez Núñez y su hermano le donaron a Cluny no solo la iglesia y las dependencias del Monasterio de Budiño, sino también su "Couto", es decir, un conjunto de propiedades y un espacio libre de la jurisdicción real. El "Couto Budiño" comprendía desde la actual parroquia de Atios al norte, hasta Parderrubias al sur y limitaba con el río Louro hasta el Alto del Confurco incluyendo el Faro de Budiño.

El Monasterio desaparece sobre el año 1435 pero en alguna documentación se sigue hablando del Couto de Budiño como entidad jurídica con jueces, notarios y escribanos propios.

A partir de 1126 el cenobio de Budiño, puesto bajo la advocación de San Salvador, se convierte en un priorato cluniacense aunque por desgracia, no tenemos datos de él desde 1169 hasta mediados del siglo XIII, lo cual es especial infortunio porque en la segunda mitad del siglo XII debieron de reedificarse como luego veremos la iglesia y el resto de las dependencias del priorato.

Desde 1246 y hasta su conversión en parroquia en 1435, si existe documentación que permite reconstruir la vida en el monasterio.

En sus mejores tiempos, la congregación de Budiño estuvo compuesta por el Prior, 8 monjes y 1 capellán; se sabe que desde 1259 el cenobio cayó en decadencia no teniendo más de 3 monjes y en 1293 la reina María de Molina y el obispo de Tui se hacían con el control de los bienes del cenobio.

En 1325 el monasterio recibió una donación en tierras y dinero del caballero tudense Afonso Yáñez y diez años mas tarde, en 1335 aprovechando que el prior se encontraba ausente, el obispo de Tui y un monje cluniacense, usurparon de nuevo las rentas del monasterio. En 1340 ya no había monjes, en 1342 envía un nuevo prior y en 1344 se organiza una invasión con hombres armados a pie y a caballo encabezados por dos arquidiáconos de la diócesis de Tui bajo órdenes del Cardenal de España, robando todos los bienes del monasterio y destruyendo su documentación, bulas y privilegios.

El abad de Cluny mandó en 1345 dos nuevos monjes e instó en 1348 al prior a reparar los edificios y recuperar las pertenencias, pero en 1349 fallece el prior de Budiño y el cenobio queda abandonado.

La última documentación conservada data de 1392 en la que consta que se halla destruido casi por completo, sin monjes ni pertenencias de valor.

Entre 1400 y 1434 no se conserva documentación alguna pero es de suponer que su estado seguía siendo ruinoso, hasta que en 1435 sumando la decadencia de la orden, el templo pasa a depender de la Mesa Capitular de Tui y se convierte en templo parroquial.

Se conservan los restos de un molino que perteneció al monasterio unos 500 metros hacia el río da Becerreira.


Bibliografía: "O Mosteiro de San Salvador de Budiño e a Terra de Toroño" de Julio I. González Montañés

 - Colección: Vigo na Memoria.


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